El Espectador, Marzo 4 de 2015
"Por desnutrición y diarrea aguda han fallecido 20 menores en Chocó durante 2015"
Esta noticia, que pasó desapercibida para la mayoría de los ciudadanos, debería causar escándalo en un país decente. Pero, claro, ni el saneamiento básico (agua potable, alcantarillado) ni la nutrición infantil son prioridades del establecimiento. Las cifras son contundentes: el presupuesto para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad no llega ni al tres (3%) por ciento de la inversión anual del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Fuente: Res.5965/14 Minsalud, Presupuesto FOSYGA 2015).
Mi abuela Sofía, con un sentido común digno de su nombre, decía que es más barato prevenir que curar. Una fórmula tan simple como esa también funciona en un Sistema de Salud. Pero nuestro modelo de salud no está enfocado en la prevención sino en la (mala) curación de enfermos. Claro está, los que no dejan morir de manera infame por diarrea o desnutrición, como los niños del Chocó que son apenas los botones de muestra.
Y como en la obra de teatro del Nobel de Literatura, Darío Fo, "Aquí no paga nadie".
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